A mi fiel amigo S-2 Érase una vez un viejo coche de carreras al que le gustaba circular despacio. El viejo bólido era la muestra perfecta de una época en la que los coches se hacían especialmente bien y representaba, como ningún otro, el valor de la tradición. El sonido de su motor continuaba siendo inimitable y su diseño era el más admirado entre los aficionados a las carreras. Sin embargo, el paso del tiempo se hacía notar y el viejo coche de carreras, aunque conservaba intacto todo su glamour vintage, había sido superado ampliamente por los nuevos modelos, mucho más veloces. Dentro de su propia escudería había quienes pensaban que el momento de cambiar al viejo coche de carreras por un modelo más rápido y moderno había ya llegado y de hecho, habían efectuado numerosas pruebas con otros bólidos más jóvenes, pero ninguno había convencido completamente al exigente staff técnico. El viejo coche de carreras seguía siendo imbatible en fiabilidad y ofrecía una calidad técnica superio