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EL DESEO



Érase una vez un grupo de niños que charlaban animadamente a la salida del colegio.

Mientras se dirigían hacia sus casas uno de ellos propuso el siguiente juego:

-          ¿Si tuvierais la posibilidad de pedir un deseo, por imposible que pareciera, cuál sería?

“El niño-aspirante a adolescente” fue el primero en pronunciarse:

-          Yo pediría un móvil de última generación. El más potente y por supuesto el más caro – Y citó el modelo de teléfono que deseaba: Una sucesión de letras y cifras incomprensibles al resto de la humanidad – Con ese móvil me pasaría el día grabándome y haciendo vídeos chulos que subiría a internet. Miraría series sin parar hasta muy tarde y os mandaría mensajes todo el tiempo…

-          Yo sin embargo, si tuviera la oportunidad, desearía una cantidad de dinero infinita – interrumpió “el niño-avaro”- Con el dinero se puede comprar cualquier cosa, incluidos todos los móviles de última generación que desees…

-          Tienes toda la razón – admitió a regañadientes “el niño-aspirante a adolescente” – Tu deseo es mucho mejor que el mío…

-          Yo pediría tiempo para jugar eternamente con mis amigos – intervino tímidamente el tercero de los amigos, “el niño-niño”.

Y ahí acabó la conversación.

Tenían mucho que jugar.

 AUDIO

Marcelo Morante

6/VIII/2020




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