Érase una vez un pequeño árbol que nació en mitad de un inmenso bosque. Muy poco a poco y a base de mucho esfuerzo, el pequeño árbol fue creciendo y, siguiendo los rayos del sol que se filtraban entre las ramas de los árboles vecinos, consiguió llegar a ser el árbol más alto y más hermoso de todo el bosque. Y justo cuando más contento estaba porque había llegado a lo más alto, observó cómo los árboles vecinos intentaban cortarle sus ramas y herir su tronco. No porque les quitara el alimento, no. Simplemente porque les hacía sombra. Marcelo Morante 28/III/2023 (Binomio fantástico: Árbol-sol)