Cuando la gallina Cuca y el lobo Lupino llegaron al lejano lejanísimo país de los Yoyós se quedaron muy sorprendidos por el ensordecedor griterío que reinaba allí. Por todos los rincones había multitud de yoyós de diferentes colores que subían y bajaban alocadamente por sus cuerdas, mientras que repetían de manera insistente "Yo, yo, yo...". Así que, la gallina Cuca y el lobo Lupino, decidieron acercarse a uno de aquellos curiosos yoyós para hablar tranquilamente con él y conocer un poquito más de aquel lugar tan peculiar. El yoyó sin preámbulos les dijo: - Sepan ustedes que yo, Narciso Egocentricus, soy la persona más importante de este reino. Yo soy el más rico comerciante del país y además yo soy el más famoso habitante del país de los yoyós. Yo, yo, yo... Y sin darles la posibilidad de responder se marchó sin despedirse. Un momento después apareció, colgado de la rama de un árbol, otro yoyó que, sin mirar en ningún momento a los ojos a la gallina Cuca y al lobo Lupino,...