Por todos es conocido que las gallinas no brillan por su valentía.
Por eso, cuando en la granja se dieron cuenta de que faltaba la gallina Cuca, pensaron que seguramente se habría distraido durante el paseo de la tarde y que no tardaría mucho tiempo en aparecer.
Sin embargo, la gallina Cuca no se había perdido. Estaba cansada de vivir siempre encerrada en el gallinero y, aunque a sus compañeras les bastaba tener el buche lleno para ser felices, ella no se conformaba con vivir toda la vida prisionera entre rejas. Así que, aprovechando el rato que las dejaban sueltas por la tarde, cogió su mochila y decidió marcharse a conocer el mundo.
Y caminando caminando, llegó al lejano lejanísimo Reino de los Martillos.
Reino conocido por arreglar todos los problemas a martillazos y cuyo pasatiempo favorito era golpear todo lo que encontraban en su camino. Incluso organizaban competiciones de velocidad para demostrar quién tardaba menos tiempo en clavar un clavo en una madera, y cuando aplaudían al campeón, lo hacían golpeando su cabeza con la cabeza del martillo de al lado.
Así que, cuando vieron llegar a la gallina Cuca con su pico tan afilado y su cresta tan puntiaguda quisieron aplastarla a martillazos, y la pobre gallina Cuca, asustada, salió corriendo del Reino de los Martillos para no volver nunca más.
¡Seguro que el mundo está lleno de reinos mucho más bonitos que el Reino de los Martillos!
(Binomio fantástico: Gallina-martillo)
Marcelo Morante
20/IV/2025
Comentarios
Publicar un comentario