Tommasino era un espantapájaros profesional de tercera generación.
Su padre Tommaso y su abuelo Tommasone ya habían sido, antes que él, prestigiosos espantapájaros con un envidiable currículum en el difícil arte de asustar aves.
Sin embargo, a Tommasino le faltaba vocación. Él, más que "espantapájaros", se sentía "atraepájaros" y se entristecía mucho cuando veía que los pájaros, aterrorizados por su aspecto desaliñado, se alejaban volando de su campo.
Así que un día, el espantapájaros Tommasino, cogió lápiz y papel y escribió en un enorme cartel: "Acercaos sin temor, queridos pájaros: Hay comida para todos".
El problema era que los pájaros no sabían leer.
Marcelo Morante
13/I/2025
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