En un reino muy muy lejano, un día los gusanos se pusieron en huelga.
El SINGULAR (Sindicato de Gusanos Libres y en Armonía) decidió con carácter de urgencia que ésa era la única alternativa posible, dada la gravedad de la situación.
¿El motivo? Muy sencillo y justo: Los gusanos unánimemente estaban cansados de que su nombre fuese utilizado a diario como sinónimo de insulto. Eran demasiado habituales expresiones humillantes como "eres un asqueroso gusano" o esa otra que decía "te comportas como un gusano repugnante".
El rey, al inicio, se tomó a broma la huelga de los gusanos, pero cuando comprobó horrorizado que la riqueza de las tierras de cultivo comenzaba a descender peligrosamente y que las cosechas del reino cada día eran más escasas, promulgó una ley en la que se prohibía la utilización de la palabra "gusano" con sentido despectivo.
Y con su corona en la cabeza se inclinó ante los gusanos pidiendo humildemente perdón.
Faltaría más... Era una revolución.
Marcelo Morante
23/X/2021
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