Por eso, cuando recibió la invitación para asistir a la boda de la mariposa Colorina y el saltamontés Smeraldino se puso muy contento y decidió ponerse su atuendo más distinguido.
- "¡Un día es un día! - pensó feliz.
Así que, ni corto ni perezoso, se dirigió hacia la boda vistiendo un elegante smoking negro con pajarita y sombrero de copa.
- ¡Qué aspecto tan distinguido luce hoy el ciempiés Bernardo! - decían los invitados a la boda al verlo pasar.
- ¡Qué bien le queda el sombrero de copa! - añadían con una pizca de celos.
- Por no hablar de su gracia al caminar... - susurraban al verlo andar con tanto estilo - ¿Cómo hará para no tropezar moviendo tantas patas a la vez?
Y Bernardo el ciempiés, que todo lo oía y todo lo sabía, empezó a pensar en cómo hacía para caminar sin tropezar.
Mmmmm...
¿Y sabéis lo que pasó? Justo cuando empezó a pensarlo, tropezó y se cayó delante de todos los invitados.
¡Cataplum!
Marcelo Morante
14/X/2025
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