Hace mucho mucho tiempo en un reino muy muy lejano, existía una enorme fábrica de armas en la que se construían diariamente montones de tanques, metralletas, pistolas y bombas porque en ese reino necesitaban muchas armas para hacer la guerra a los del reino de al lado.
Hasta que un día, sin una explicación técnica aparente, en lugar de tanques, metralletas, pistolas y bombas, las máquinas de la fábrica empezaron a construir, sin previo aviso, instrumentos musicales de metal.
Y en lugar de metralletas fabricaron saxofones, y en vez de tanques, pistolas y bombas construyeron trombones, trompas y trompetas.
Los técnicos de la fábrica de armas se enfadaron muchísimo y quisieron, sin éxito, encontrar al culpable de semejante revolución musical, aunque nunca lo encontraron.
Si os interesa conocer mi opinión, os diré que en el fondo siempre sospeché que algunas máquinas de la fábrica de armas, en el interior de sus circuitos, escondían sentimientos mucho más humanos que los de algunos hombres. A saber...
Lo que sí que es cierto es que los habitantes de ese reino fueron mucho más felices haciendo música que haciendo la guerra. Así que, democráticamente, decidieron formar una enorme orquesta y abandonar para siempre el ejército.
Mucho mejor tocar un instrumento musical que lanzar bombas, ¿no?
Marcelo Morante
1/IX/2025
Comentarios
Publicar un comentario