Cuentan que una vez al inicio de los tiempos, cuando casi todo estaba por inventarse y todavía no existían ni las estaciones del año, una nube se quedó atrapada en la copa del árbol más alto del bosque.
Y tantas cosas hermosas había visto la nube en su caminar por el mundo que, al contárselas al árbol, a éste le entraron muchísimas ganas de viajar. Así que, envió a sus hojas a recorrer el mundo entero con la ayuda del viento y les ordenó que regresaran de vez en cuando para contarle todo lo que habían visto.
Dicen que así nació el otoño.
Y yo me lo creí.
Marcelo Morante
17/III/2023
(Binomio fantástico: Árbol-nube)
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