El presente cuento es una de las innumerables maravillas que dejó escritas el genial Gianni Rodari.
Leí este cuento en italiano hace ya algunos años y me pareció de una bondad y de una sencillez conmovedoras. Asimismo, me fascinó el increíble mensaje pedagógico que encerraba en su interior.
Ante mi sorpresa no he encontrado ninguna traducción al castellano, así que me he animado a hacerla yo mismo. Confío en que sepáis disculpar mi atrevimiento. Espero que sirva para acercar a los niños (y a los no tan niños) de habla hispana a la obra de este autor extraordinario y que, entre todos, podamos cambiar un poquito el mundo.
- Jugaremos a las maestras - le dice Enrica a su muñeca - Yo seré la maestra y tú la alumna. Si te equivocas en el dictado te pondré un cuatro.
- ¿Qué tiene que ver el cuatro? - pregunta la muñeca.
- Tiene mucho que ver. Hace tiempo en la escuela la maestra ponía un diez a quien hacía bien los ejercicios y un cuatro a quien los hacía mal.
- ¿Por qué?
- Porque de esa manera los alumnos aprendían.
- ¡Me haces reír! ¿Sabes montar en bicicleta?
- Claro.
- Y cuando estabas aprendiendo y te caías, ¿tu madre te ponía un cuatro o te ponía una tirita? Cuando aprendías a caminar y pegabas un traspiés, ¿tu madre alguna vez te ha escrito un cuatro en el trasero?
- No.
- Sin embargo aprendiste a caminar. Y has aprendido a hablar, a comer, a atarte las cordoneras, a abotonarte la bata, a usar el teléfono, a diferenciar un frigorífico de un cenicero. Y todo eso sin necesidad de notas, ni buenas ni malas.
Cuento de Gianni Rodari (traducción al castellano de Marcelo Morante)
Comentarios
Publicar un comentario