El otro día propuse a mis alumnos una actividad que no tiene nada que ver con la asignatura que yo les enseño. O tal vez sí.
“A cambiar los refranes” consiste en coger un refrán tradicional y darle la vuelta, cambiándole el sentido de la enseñanza.
Y como un maestro siempre debe predicar con el ejemplo propuse cambiar el tradicional “Piensa mal y acertarás” por el nuevo y más justo “Piensa siempre bien, aunque te equivoques”.
Al día siguiente, ante mi sorpresa todos los alumnos me entregaron un pedacito de papel con sus refranes reinventados.
He seleccionado algunos de ellos por su especial mensaje, aunque por supuesto todos merecerían ser incluidos aquí.
En lugar de “A quien madruga Dios le ayuda” alguien propuso adoptar el más democrático “Dios te ayudará aunque no madrugues” y otra alumna, sin saberlo, propuso el mismo refrán con otra vuelta de tuerca diferente que decía “El que madruga suele tener sueño”.
En vez de “Quien tiene un amigo tiene un tesoro” a alguien se le ocurrió “Quien tiene un tesoro tiene muchos amigos y ninguno a la vez”.
Otro alumno propuso cambiar el popular “Al pan, pan y al vino, vino” por el mucho más interesante “El pan mejor con vino”.
En lugar del viejo “Tira la piedra y esconde la mano” mucho mejor “No tires nunca la piedra”.
El que viene ahora me pareció especialmente hermoso y se le ocurrió a una niña inteligentísima. En vez de “Dime con quién vas y te diré quién eres” mucho mejor sería “No me interesa saber con quién vas. Sé siempre tú mismo”.
El siguiente también tiene un bonito mensaje. El refrán de toda la vida dice “No es oro todo lo que brilla” y la propuesta de mi alumno fue “Aunque aparentemente no brilles, vales mucho más que el oro”.
Y para terminar, en vez de “En abril aguas mil” mucho mejor y más completo “En abril aguas y flores mil”.
Marcelo Morante
14/IV/2022
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