El pequeño Gianni vivía en un pueblecito situado en lo alto de una montaña toscana, muy cerquita de Siena.
Durante el verano todas las tardes cogía su patinete y se dirigía cuesta abajo a toda velocidad hacía el campo, se tumbaba bajo la sombra de un enorme nogal y se quedaba profundamente dormido.
Los sueños que Gianni tenía durante las siestas veraniegas bajo el frescor de la sombra del nogal eran con mucha diferencia los mejores sueños del año: Una vez soñó que marcaba el gol decisivo en el último minuto de la final del mundial, otra vez soñó que viajaba alrededor del universo a bordo de un veloz cohete espacial, otra tarde soñó que volvía a jugar de nuevo con su desaparecido perro Totò…
Hasta que una tarde se despertó de la siesta y no vio su patinete.
Y comprobó que el enorme nogal también había desaparecido.
Por lo visto el árbol también tenía muchos sueños que cumplir.
(Binomio fantástico: patinete-árbol)
Marcelo Morante
22/V/2024
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