Desde bien pequeña Inés Temperina soñaba con ser maestra.
Era muy divertido verla rodeada de todas sus muñecas y muñecos en torno a una pizarra en la que pacientemente explicaba a sus alumnos la lección del día: un día eran los colores, otro tocaba aprender los números, otro había que empezar con la lectura...
La "P" con la "A" hace "PA", la "P" con la "E" hace "PE"...
Y así un día tras otro.
Inés Temperina era una maestra muy paciente y cariñosa, y repetía la lección todas las veces que fuese necesario. Como debe ser.
No se enfadaba ni gritaba nunca y le gustaba que sus alumnos se divirtiesen en clase.
No había castigos ni suspensos, por supuesto. Además, la seño Inés Temperina se dejaba el alma en sus lecciones y sus alumnos trabajaban y aprendían un montón. Eso sí, cada uno a su ritmo.
Y a Inés Temperina le encantaba escuchar a sus alumnos. Siempre tenían cosas muy importantes que decir.
Nadie puede saber si Inés Temperina cuando sea mayor será maestra de niños de verdad, pero me parece que, sin duda, posee todas las cualidades para poder serlo.
También sé que nuestros pequeños necesitan urgentemente maestras como ella.
Ya veremos...
Marcelo Morante
8/VIII/ 2021
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