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LOS ESCUCHADORES




Marta es una escuchadora.

Los escuchadores son una rara subespecie humana en evidente peligro de extinción.

Los escuchadores basan su existencia en su capacidad para escuchar, no necesariamente en su capacidad de entender lo que están escuchando. Aun así, casi siempre escuchan con relativo interés, proporcionando alivio instantáneo en las personas que desahogan sus problemas en ellos.

Los escuchadores, por un defecto empático o por un exceso de empatía mal equilibrada, sufren como propias las desgracias de los demás y a menudo podemos sorprenderlos llorando por cuestiones que les han sido recientemente confesadas. Por lo visto interiorizan dramáticamente los problemas de los demás… ¡Qué cosas!

Sin duda es un defecto de sensibilidad. De exceso de sensibilidad, vaya.

El mundo es cruel con los bondadosos escuchadores. En una despiadada paradoja vital, los escuchadores escuchan, pero rara vez son escuchados y a fuerza de cargar con las angustias de los demás, los escuchadores difícilmente consiguen la propia felicidad.

Marta es una escuchadora, pero eso ya lo he dicho. Es una escuchadora vocacional, no podía ser de otra manera.

Marta, a fuerza de escuchar y de soportar el peso de los problemas de los demás sobre sus hombros, dobla cada día un poco más la espalda y aunque pide a silenciosos gritos ser escuchada, nadie parece darse cuenta.

 

Con los escuchadores hay que llevar mucho cuidado. Dicen que a veces cuando ya no pueden acumular más dolor ajeno se hinchan como un enorme globo e inevitablemente explotan. Cuando esto sucede es mejor no encontrarse cerca porque la explosión puede ser terrible.

Por eso los escuchadores, antes de llegar al límite de la explosión, deben encontrar a otro escuchador que les escuche y les alivie.

Aunque están en serio peligro de extinción, todavía quedan buenos escuchadores por ahí y a veces están más cerca de lo que uno pueda creer.

Prestad atención: Suelen camuflarse con muchísima facilidad.

Sólo hay que saber mirar con ternura para poder encontrarlos.

 

Marcelo Morante

22/VII/2020


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