El niño triste se dirigió decidido hacia la sección de pegatinas de la tienda de don Ramón, el quiosquero. Seleccionó cuidadosamente una pegatina y cuando finalmente encontró la que buscaba esbozó, por primera vez en mucho tiempo, una sonrisa. - ¿Cuánto dura el adhesivo de estas pegatinas? - preguntó el niño triste al quiosquero. Don Ramón, extrañado ante lo insólito de la pregunta respondió: - Eso depende... Normalmente se mantienen fijas en su sitio de dos a tres días. Luego empiezan a despegarse y al final irremediablemente se caen. - Yo quiero que dure toda la vida - contestó el niño triste. Pagó y se marchó con su pegatina de una enorme cara sonriente adherida a la chaqueta. Marcelo Morante 24/XII/2024